- Consejos expertos que funcionan
La ansiedad por separación – el temor que sienten los niños cuando tienen que estar fuera de casa o lejos de sus padres por primera vez – es una etapa normal del desarrollo para casi todos. Los niños pueden sentir ese nerviosismo o esa aprehensión incluso cuando los dejamos con personas que conocen bien, como sus abuelos o tías, o cuando se van para hacer algo divertido, como citas para ir a jugar. Pero con un poco de preparación, puedes ayudar a tu niño navegar por esta etapa de retos... ¡sin preocuparte!
Normaliza sus temores. “Separarse uno del otro es tan difícil para el padre como para el niño porque desde el principio han establecido una conexión muy fuerte”, afirma Marilyn Rifkin, LCSW, psicoterapeuta licenciada de niños y adolescentes. “Las claves para ayudar a que tu hijo atraviese esta etapa del desarrollo son la sensibilidad, la paciencia, y la comprensión”.
Como padre, tu primera inclinación pudiera ser decirle “cálmate”. Pero Rifkin aconseja que es mucho más importante saber escuchar. “Los padres tienen que ser capaces de demostrar que comprenden los sentimientos de sus hijos y que se identifican con su ansiedad. Decirles algo como ‘Cuando yo tenía tu edad, también me era muy difícil separarme de mi mamá’ normaliza la situación para ellos”, señala Rifkin. Eso, unido a un abrazo bien cariñoso, enseguida hará que tu hijo se sienta menos solo y más seguro.
Calma sus inquietudes. Reiterarles que siempre estás ahí para darles tu apoyo, a pesar de una breve ausencia, puede ayudarlos a vencer el obstáculo. “Decirle a tu hijo ‘Yo también te echaré de menos, pero nos veremos en unas cuantas horas’ puede reducir la tensión en niños mayores”, indica Rifkin. “Para los más pequeños quienes aún no tienen concepto del tiempo, enseñarles a cómo calmarse a sí mismos – ya sea abrazando un peluche o una colcha, con respiraciones profundas, o imaginando su ‘lugar divertido’ – pudiera calmarlos temporalmente hasta que tú regreses”.
Mientras hablas con tu hijo y prestas atención a sus temores, explícale que es parte del proceso de crecimiento. “Es importante que los niños sepan que no son ellos los únicos que se sienten así”, dice Rifkin. “Saber que sus amigos también atraviesan momentos difíciles puede servirles de ayuda”.
Facilítales la transición. Si tu hijo necesita permanecer conectado a ti mientras enfrenta una nueva situación, como la guardería, no lo desanimes. Si es posible, haz planes para ir en el autobús con tu hijo los primeros días, o identifica a otro niño con quien pueda sentarse para que se sienta más cómodo y conectado.
En circunstancias cuando tu hijo se quedará con un familiar, con un amigo de la familia o niñera, pasen todos juntos algún rato para ayudar a que el niño se acostumbre a la idea. “Cuando tu hijo te vea interactuando cómodamente con su abuelo o tía, invítalo a uno de sus juegos favoritos”, recomienda Rifkin. “Enseguida se involucrará en el juego y, emocionalmente, se sentirá más seguro”. Si se trata de una cita para ir a jugar a otra casa, aplicamos las mismas medidas. Lo primero es conocer a los padres del otro niño para que confirmes la seguridad y el bienestar de tu propio hijo, y pasa algún tiempo con ellos hasta que veas que tu pequeño comienza a relajarse.
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