- Controlando los constantes deseos de merendar de tus niños durante el confinamiento
No es sorpresa que la compra de meriendas como palomitas de maíz, pretzeles y papitas se ha disparado al igual que la propagación del coronavirus desde el inicio de marzo, de acuerdo con NPR. Pero según la nación entera está tratando de aplanar la curva del virus, tu familia también debería reducir el impacto de ciertas meriendas poco saludables.
Mientras que las meriendas pueden ser beneficiosas para los niños al proveerles un necesario estímulo de energía entre comidas, el abusar el consumo de alimentos dañinos puede provocar caos en sus pequeños estómagos y comportamiento. Sin embargo, si los alimentos adecuados son ofrecidos en los momentos correctos, las meriendas pueden jugar un rol importante en controlar el hambre de los niños, aumentar su nutrición y otorgarles algo que hacer durante largos periodos en la casa. Una merienda en el momento preciso puede prevenir que niños pequeños sientan tanta hambre que se vuelven cascarrabias.
“Es importante establecer ciertas pautas para las meriendas, similares a las comidas a través del día, para que así los niños y adultos no sobre ingieran meriendas”, dijo Lana Chehabeddine, coordinadora del programa FLIPANY, cuya misión es luchar contra la obesidad y el hambre infantil al enfocarse en la preparación de comida saludable, seguridad alimentaria, educación física y bienestar en los sitios de trabajo. Como la mayoría de las meriendas dadas a los niños tienden a tener menor valor nutricional que las comidas, es importante que te asegures de ofrecer buenas opciones como meriendas.
Meriendas Razonables
Las meriendas representan una gran oportunidad para aumentar el consumo de frutas y vegetales de los niños, sugiere un estudio de 2019 que encontró que los niños que meriendan entre comidas podrían beneficiarse de ingerir frutas y otros elementos de una dieta saludable que no consumirían de otra manera. Para los quisquillosos considera combinaciones de frutas y vegetales con productos lácteos o sustitutos de lácteos (como uvas y queso), proteínas magras (como apio y mantequilla de maní) o cereales y panes integrales (como un sándwich de banana en pan de harina integral).Es mucho más fácil preparar meriendas rápidas y sanas cuando mantienes una gama de alimentos saludables a la mano en casa, aunque eso podría ser un reto con el limitado acceso a algunas de tus tiendas regulares durante la pandemia. Algunas ideas incluyen diferentes tipos de vegetales y frutas crudos, salsa de yogur, humus y palitos de queso. “Muchas comidas cargadas de nutrientes (ej., vitaminas, proteína y fibra) son maravillosas para merendar”, explicó Chehabeddine. “Esto incluye una variedad de alimentos frescos – como guisantes y pimientos dulces que pueden ser consumidos con humus o salsa fresca – y otras provisiones como una combinación de nueces, frutas secas, garbanzos rostizados, palomitas de maíz, aceitunas y alga deshidratada”.
El Momento es Clave
No solo se trata de qué tienes para ofrecer como merienda – también el cuándo es importante, dicen los expertos. “Los niños tienen estómagos más pequeños y no pueden comer tanto como nosotros en cada comida, por lo que tienen que comer con más frecuencia”, explicó al New York Times la dietista Elizabeth Davenport. “Es probable que un niño que constantemente pide meriendas esté en pleno crecimiento y hambriento”.Ofréceles comidas y meriendas planificadas consistentemente durante el día, aunque es de esperarse que los niños quieran más meriendas según ellos se ajustan a pasar tanto tiempo en casa. Una buena estrategia es brindarles meriendas a pocas horas después de acabar una comida y una o dos horas antes de la próxima.
“Un consejo útil es permitirles una merienda entre comidas, pero si es una merienda saludable, sin procesar, (como frutas y vegetales frescos) se les debería permitir consumir todas las que quieran siempre y cuando no interfieran con sus comidas principales”, dijo Chehabeddine de FLIPANY.
De todas maneras, presta atención a las cantidades que tus niños ingieren. Chehabeddine sugiere motivar a los niños a tomar mucha agua para mantenerlos llenos y que merienden menos. Ella también recomienda colocar las meriendas en un recipiente o bol, en lugar de consumirlos directos del paquete. “Es difícil determinar cuánto realmente están comiendo. ¡El control de porción es clave!”.
Evita la Chatarra
Aunque muy convenientes las meriendas de alimentos procesados que con frecuencia se enfocan hacia los niños no tienen muchos nutrientes y la mayoría contienen aditivos peligrosos. Para que estas comidas procesadas tengan buen sabor los manufactureros agregan grandes cantidades de azúcar, lo que estudios repetidamente prueban tienen un dramático efecto dañino en nuestra salud, incluyendo vínculos a enfermedades como cardiopatía, obesidad, cáncer y diabetes.“Las meriendas a evitar incluyen aquellas con una larga lista de ingredientes e ingredientes que no reconocemos o no sabemos cómo pronunciarlos”, dijo Chehabeddine. “Opta por meriendas que contengan ‘granos integrales’ y no ‘harina enriquecida’ a la cabeza del listado de ingredientes. Evita las que agregan cualquier tipo de siropes azucarados o aceites hidrogenados. Quieres asegurarte de que las meriendas que compras no son solo calorías vacías (altas en calorías, bajas en vitaminas y nutrientes) y que tengan un valor nutricional adicional (ej. vitaminas, proteína, fibra)”.
Para evitar que las meriendas procesadas invadan tu alacena, procura que los niños tengan un rol activo en aprender por qué estas opciones no son las más sabias. Involúcralos en las decisiones de meriendas enseñándoles la importancia de leer y aprender sobre los ingredientes enumerados en los alimentos procesados, lo que podría predisponerlos a conservar este buen hábito por el resto de sus vidas.
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