Deseas detener de una vez los hábitos de tu hijo que te causan ansiedad? Estas técnicas de aplicación específica van a la raíz de la conducta nociva y ayudan a resolver el problema.
1. Busca momentos aptos para enseñar. Para hablar con tu hijo sobre su problema, elije momentos en que la atmósfera esté calmada y no estén en medio de una polémica. Evita sermonear, regañarlo o ridiculizarlo ya que eso pudiera causar que la conducta nociva aumente.
2. Ofrece opciones específicas. Expresa de forma clara y positiva los comportamientos que deseas ver. En vez de decir, "No vuelvas a olvidar tus tareas", di "Recuerda hacer tu tarea de matemática y ciencia esta noche". Cuando observes el comportamiento deseado, felicítalo. De forma indirecta, tu hijo se llevará mejor idea del hábito en cuestión, y le servirá de recordatorio para que haga lo que debe hacer.
3. Sé consistente. Algunas veces los padres permiten que ciertos comportamientos persistan porque dicen una cosa pero hacen otra. Si, por ejemplo, le pides a tu hijo que no interrumpa mientras conversas con alguien, pero le permites que intercale rapidito "¿Será que puedo ir al...?" y contestas su pregunta, estás reforzando ese hábito no deseable. Recuerda, romper con viejas costumbres requiere tiempo, repetición y el apoyo de los padres.
4. Ofrece distracciones. ¿Es tu hijo se está chupando el dedo porque está aburrido? Dale otra cosa que hacer con sus manos, como colorear o jugar con arcilla.
5. Comuníquense y colaboren. Si tu hijo tiene edad suficiente, pregúntale y juntos busquen soluciones que produzcan cambios. O formula tu misma varias estrategias, y pregúntale por cuál desea comenzar. Esto le hará sentir que le confieres ciertos poderes.
6. Proporciona incentivos. Reconoce los pequeños pasos que da para romper con viejas costumbres ofreciendo recompensas no materiales – como visitar la biblioteca para elegir un video, invitar a un amigo a quedarse a dormir, o hacerle al horno alguna golosina especial.
7. Busca recursos. Hay libros y videos, aptos según edad, que pueden ayudar a que tu hijo comprenda, sin confrontaciones, cuáles son los hábitos indeseables. Utilízalos cuando no estés en medio de una situación acalorada.
8. Da buenos ejemplos. Los niños suelen imitar el ejemplo de los padres. Desde un principio, sirve de buen modelo enseñándoles las costumbres deseables que contribuirán al desarrollo saludable en general de tus hijos.
9. Ten paciencia y espera. Antes de poder ayudar a su hijo, algunos padres necesitan esperar hasta que al niño mismo le interese cambiar sus hábitos. Algunas veces los niños necesitan experimentar las consecuencias de sus acciones antes de estar listos para efectuar cambios.
10. Determina el peligro. Si sospechas que el comportamiento es peligroso para tu hijo o los demás, que afecta sus relaciones, o que impide un desarrollo infantil sano, habla con su pediatra u otro profesional de la salud.