¿Estás cansado, privado de sueño y sin inspiración cuando su hijo pide ayuda después de la cena con esa tarea de Shakespeare? Los padres tienen el trabajo más importante del mundo, no renuncias aquí, además del trabajo diario, servicio de patrulla digital y una miríada de otras responsabilidades. The Children's Trust exhorta a los padres a prestar atención a sus propias necesidades de salud mental para criar niños sanos y bien desarrollados y disfrutar de la vida en días lluviosos o soleados.
La Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (NAMI) afirma que alrededor del 20 por ciento de los estadounidenses enfrentan enfermedades mentales anualmente, incluidos unos 21 millones que experimentan depresión severa y 48 millones de trastornos de ansiedad. Las señales de advertencia van desde dificultad para concentrarse y agotamiento hasta cambios drásticos de humor y miedo excesivo. Si bien los casos más graves pueden necesitar terapia y medicamentos, todos los padres pueden incluir el autocuidado en las rutinas diarias para tener vidas y familias más saludables.
¡Come arándanos, muévete!: NAMI afirma que “mejorar su bienestar físico es una de las mejores maneras para apoyar su salud mental. Le resultará más fácil mantener buenos hábitos mentales cuando su cuerpo es una base sólida y resiliente”.
La respiración profunda, la meditación y la relajación muscular alivian el estrés y ayudan a sentirse más en control. También haz ejercicio a diario y come bien. “El ejercicio diario produce hormonas que alivian el estrés en su cuerpo y mejora su salud en general”, dice. “Comer principalmente alimentos no procesados como cereales integrales, verduras y frutas frescas es clave para un cuerpo sano. Comer de esta manera puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas y a estabilizar los niveles de energía y el estado de ánimo”.
Busca lo positivo: Percibe la belleza, desde los pájaros cantando hasta la luz del sol radiante. NAMI sugiere escribir una cosa positiva cada día para mejorar la perspectiva. “Incluso si lo positivo es pequeño, 'fue un día soleado', es real, cuenta y puede comenzar a cambiar tu experiencia de vida”.
Nómbrelo para domarlo: NAMI también aconseja identificar emociones negativas sin culpa. “Cuando te permites examinar tus sentimientos sin juzgarlos como buenos o malos, reduces el estrés y te sientes más en control… eso te ayuda a elegir cuidadosamente cómo actuar”.
Ámate a ti mismo: “Los padres con enfermedades mentales suelen sentir vergüenza y culpa, lo que no los ayuda ni a ellos ni a sus hijos”, dice la Dra. Patricia Ibeziako del Boston Children’s Hospital. “Siendo compasivos consigo mismos, los padres pueden tener más recursos emocionales para ellos y sus hijos”.
Nutre el espíritu: la Dra. Lisa Miller, autora de "El cerebro despierto: la nueva ciencia de la espiritualidad y nuestra búsqueda de una vida inspirada", analiza en barrons.com su investigación de que las personas espirituales a menudo son más felices, saludables y funcionan mejor. “Cuando comenzamos a percibir el amor, la unidad y la guía en la vida, superamos sentimientos de aislamiento, depresión y desilusión, también es posible conectar genuinamente con otros para trabajar en equipo y crear relaciones más estrechas… de esa manera tomar decisiones más innovadoras y creativas”, dice.
Forma conexiones: “Actividades como reunirse con un amigo una vez al mes, o ir a un evento comunitario en su biblioteca local cada dos meses ayuda a mantenerte conectado. También te brinda la oportunidad de conectarte con personas en múltiples niveles”, aconseja NAMI.
Lee: WebMD enumera hábitos fáciles para mejorar la salud mental. “Encuentra tu ritmo” a través de una actividad satisfactoria o desafiante, ya sea pintar o limpiar la casa. Deshazte del desorden y lee un buen libro: “los estudios han relacionado la lectura con la mejora de los síntomas de depresión, así como con la flexibilidad mental y la función cerebral”.
Cuidado comunitario: En CNN el profesor de psicología Jamil Zaki, ofrece alivio para el agotamiento de los padres. “Uno de los descubrimientos más optimistas, edificantes y confiables de la psicología social en los últimos 10 o 15 años es que ayudar a los demás facilita una vía rápida para mejorar nuestro propio bienestar... Apoyar a alguien a través de su estrés reduce el propio. Pasar tiempo ayudando a otras personas te hace sentir que tienes más tiempo para ti”.