A nuestros niños les encantan las vacaciones. El tiempo libre en la escuela, los regalos y la posibilidad de pasar muchas horas jugando o en las redes sociales son sólo algunas de las razones por las que esperan con ansias las vacaciones de invierno. Todo eso está bien. Pero no son las mejores cosas de esta época. Es responsabilidad de padres y cuidadores recordarles a nuestros niños cuál es el valor real de las fiestas.
Aunque cada familia es diferente, hay algunas constantes que todos entendemos y que nos hacen añorar diciembre. Aquí hallarán siete formas de transmitir esos mismos valores a nuestros hijos:
1. Iniciar nuevas tradiciones: Las familias religiosas basan las celebraciones en sus tradiciones, pero incluso aquellas que no lo son pueden iniciarlas. Una noche de cine, juegos de mesa o de realidad virtual o digitales pueden unir a todos, siempre y cuando el objetivo sea estar juntos y disfrutar unos de otros. Enséñales a tus hijos cómo otras culturas celebran las fiestas y no temas adoptar tus propia versión de dichas prácticas.
2. Reducir el nivel de estrés: Se supone que las vacaciones son momentos en los que podemos disminuir el estrés. Puede ser difícil si ese paquete de Amazon llega tarde o si te quedas atrapado en una fila interminable en el centro comercial, pero recuerda que tus hijos conforman su comportamiento según tu modelo. Si te pones ansioso, es probable que te imiten, así que tómalo con calma y sonríe.
3. Dar gracias: Esto significa no solo agradecer por los regalos, sino también reflexionar al respecto. Mientras te sientas a la mesa, tómense un tiempo para preguntar a cada miembro de la familia por qué están agradecidos. Si tienen problemas para recordar, el sitio web Today’s Parent sugiere volver a visitar sus diarios o incluso sacar el teléfono o tableta para desplazarse por las imágenes del año y revivir momentos felices. El sitio web Green Kid Crafts sugiere crear un árbol de gratitud que escriba todo aquello por lo que tus hijos están agradecidos sobre manos recortadas en cartulina.
4. Generosidad de espíritu: Ayuda a tus hijos a aprender a ser generosos de espíritu reservando tiempo para que los más pequeños hagan un regalo a un hermano o un abuelo. Hacer feliz a otra persona es algo que toca a todos los niños. Cuando aprenden a disfrutar del acto de dar, los abres a una vida de buenos sentimientos. ¡Propón varias ideas con ellos y luego elige las que sean factibles!
5. Ofrecer buenos momentos: Las comidas ya son parte de lo que más atrae a los niños durante las fiestas. Entonces, que participen en la preparación de los platos navideños. Si no están listos para pelar patatas o preparar masa para pastel, llévalos a la tienda para que te ayuden con las compras antes de la gran cena, o haz que pongan la mesa. No olvides mostrarles cómo doblar las servilletas y colocar cualquier decoración navideña.
6. Ayúdalos durante días largos: Las comidas ligeras y los viajes de compras de siete horas son difíciles para cualquier niño, especialmente los más pequeños. Asegúrate de programar jornadas con muchos descansos y refrigerios y, al mismo tiempo, mantenerlos activos. Un artículo del Child Mind Institute aconseja esto: "No programes más de un evento importante en un día y asegúrate de incluir actividad física y mucho tiempo libre". En cuanto a esa extensa cena festiva, o quedarse hasta la medianoche, conviene mantener la hora de dormir tanto como sea posible, ponerse la pijama y tal vez hasta tomar un baño. Y si se quedan dormidos, mejor aún.
7. Salgan y manténganse activos: Una de las mayores ventajas de residir en el sur de Florida es que nuestros “inviernos” son la mejor época del año para disfrutar del aire libre. Mientras el resto del país está atrapado en el interior protegiéndose del frío, aquí podemos ir al parque, la playa o incluso al jardín y participar en cualquier actividad al aire libre. Aprovechen la falta de calor y humedad para dar un paseo o simplemente extender una manta y hacer un picnic navideño.