Parte de crecer es tomar responsabilidad por las cosas que consumimos. Con suerte, los padres han inculcado hábitos de alimentación y bebidas saludables en sus hijos, pero una vez que los niños alcanzan la adolescencia, comenzarán a tener más control sobre lo que ingieren, ya sea en la escuela o en otras situaciones sociales. Lo cierto es que ellos no siempre toman esa responsabilidad con mucha seriedad, por lo que los padres necesitan estar pendientes y continuar guiándolos cuanto más puedan.
Solía ser que demasiados dulces o bebidas carbonatadas eran las mayores preocupaciones con la que los padres tenían que contender en términos de alimentación saludable y sus adolescentes. Pero el mercado de bebidas y meriendas dirigido a los adolescentes ha crecido considerablemente, por lo que los padres necesitan estar al tanto de los siguientes consumibles y ayudar a limitar o alejarlos por completo de sus hijos.
La fiebre del café
Una taza de café en la mañana y la sacudida que la cafeína provee es un esencial norteamericano, algo que ayuda a los adultos a despertar y enfrentar el día. En el Condado de Miami-Dade eso por lo regular significa un café cubano o café con leche que son más fuertes aún. Pero los niños todavía están en desarrollo y la cafeína puede ser nociva para ellos - la Asociación Americana de Pediatría (AAP) encontró que ninguna dosis de cafeína es segura para niños menores de 12 años. Para los adolescentes la recomendación de la AAP es no más de una taza de café, pero con la popularidad entre los jóvenes de Starbucks, Dunkin’ y otros establecimientos, el mantener bajo el consumo de café puede ser difícil.
Aunque el café mañanero es una gran parte de muchas culturas en el Sur de la Florida, los padres deben hablar con sus adolescentes respecto a limitar cuánto toman e informarlos de algunos de los riesgos de consumir demasiado, incluyendo el exceso de cafeína y azúcar. Déjales saber que el exceso de cafeína puede contribuir a graves problemas de salud, como interrupción del sueño, ansiedad, dolores de cabeza y malestar estomacal.
Inercia de bebidas energéticas
Muchos padres ni siquiera tenían la opción de consumir bebidas energéticas cuando estaban creciendo porque no estaban disponibles, pero desde que Red Bull fue introducido a los Estados Unidos a finales de los años 90 otras marcas han llegado al mercado. No es sorprendente que los jovencitos se sientan atraídos a estas bebidas dulces cargadas de cafeína. Si el café es utilizado como un energizante matutino, estas bebidas son con frecuencia utilizadas por los adolescentes como un estímulo para todo desde estudiar tarde en la noche a ir de rumba.
Pero los padres deben estar conscientes que muchas de estas bebidas contienen incluso más cafeína que otras bebidas similares, incluyendo algunas que contienen tanta cafeína en una botella de 200 miligramos que es el equivalente de tomar casi seis Coca-Colas. Una vez más, el consumo excesivo, que puede ser facilitado por el alto contenido de cafeína, puede provocar problemas cardíacos, ansiedad y dificultades digestivas. La situación ha generado atención nacional y se han emitido llamados para que la Administración de Drogas y Alimentos estudie niveles peligrosos de cafeína en algunas bebidas energéticas.
La AAP recomienda que los adolescentes no consuman bebidas energéticas, pero en algunos estudios hasta la mitad de los adolescentes encuestados han reportado tomarlos, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades. Aun así, el 75 por ciento de las escuelas secundarias no cuentan con reglamentos en contra las bebidas energéticas, aunque el Condado de Miami-Dade sí tiene una disposición en contra de la venta de bebidas con cafeína añadida en sus máquinas expendedoras.
Demasiado picante
Un fenómeno reciente entre los adolescentes involucra papitas fritas ultra picantes que han ganado una ferviente fanaticada. Los Hot Cheetos y Takis son las marcas más populares entre las papitas fritas, pero existen muchas otras que pueden ser perjudiciales si los adolescentes las consumen en exceso. Una moda reciente en las redes sociales que se hizo viral - el reto de la tortilla picante - hasta resultó en la muerte de un jovencito que tenía una condición cardiaca preexistente.
Hasta los niños saludables deben ser cuidadosos con el consumo en exceso. Es dañino comer muchas papitas fritas en general, pero los ingredientes de algunas de las papitas ultra picantes pueden provocar problemas. Ya se han reportado varios casos de aumento de visitas a la sala de emergencia de adolescentes que han consumido demasiados de estos snacks picantes.
Aunque la mayoría de estas visitas no son muy serias - las heces rojas a menudo se confunden con sangrado, cuando lo más probable es que sean el resultado del colorante que se encuentra en estas papitas fritas - el consumo excesivo tiene consecuencias nocivas para la salud, incluidos dolores de estómago (que podrían resultar en problemas más serios con el tiempo) y obesidad.
Una de las grandes ventajas de crecer para nuestros hijos es que adquieren una mayor responsabilidad, pero eso también conlleva una mayor obligación de rendir cuentas. En lo que respecta a lo que ingieren, los adolescentes siguen necesitando orientación de sus padres, especialmente con tantas influencias que los empujan en direcciones diferentes y, a menudo, negativas. En lo que concierne al café, las bebidas energéticas y otros alimentos cuestionables, los padres deben hablar con sus hijos y explicarles las consecuencias para asegurarse de que puedan tomar la mejor decisión posible.